LOS ANDES VENEZOLANOS
María Páez Victor
VENEZUELA VIVA
20 agosto 2014
Toronto, Canadá
Hoy ponemos la mirada hacia Los Andes venezolanos, esa
cordillera majestuosa en cuyo dorso ha vivido la gente de nuestra tierra
durante siglos. Lo comprenden tres estados: Mérida,Trujillo y Táchira y tiene
como punto culminante el Pico Bolívar, majestuosa montaña con sus 5,000 mts de
altura.
Los moradores originarios de la zona andina fueron los Escagueyes,
los Mucurubaes, los Torondoyes, los Timotes, los Chinatos, los Jirayas, los
Bailadores y los Mocotíes.
El inolvidable intelectual Arturo Uslar Pietri, en su obra “Tierra Venezolana” nos da un vistazo de
la vida andina que aun hoy, 40 años despues, resuena en nuestra alma.
“Las montañas de los Andes es, ciertamente la
más alta, la más impresionante y la mas llamativa de nuestras cordilleras. Es
un ramal de la inmensa y asombrosa cadena de montes nevados y volcanes … ‘
“Los Andes venezolanos han sido abiertos y accesibles. Han sido dados
a una tierra abierta al mar y a las llanuras, que siempre estuvo asomada a sus puertos y a sus caminos.
Gentes venidas de la costa y de la llanura llegaron con facilidad al silboso
repecho cubierto de nieblas. Llegaron a mezclarse y a establecerse…De todo este
ajetreo nació el mestizo de ruana, de ojo quieto y habla pausada, que vino a
ser el poblador de los campos altos…En su habla, en sus costumbres, en su
traje, está viva la tejida historia de su mestizaje. “
La vida andina siempre ha sido agrícola, como herederos de la
sangre y de las tierras de los indígenas de más desarrollada capacidad
agricultora en Nuestra America pre-colombina. Gente sendentaria de pueblos
fijos que cultivaban en terrazas artificiales. Como comenta Uslar Pietri: “No destruyen o borran la naturaleza sino que
están asociadas a ella. A sus formas y a sus colores….Ciudades, pueblos o
aldeas, conservan por igual ese sabor y olor a campo.”
Del indígena permanece el cultivo hereditario de la papa, la yuca,
los tuberculos; de los españoles el trigo, las arvejas, luego el café y flores;
las vacas de leche, las ovejas y el rudo caballo de montaña y la mula de casco
seguro. “Animales de los que el hombre no
vive, sino que más bien le ayudan a vivir de la tierra.”
Entre esos animales figura un perro heroico: Nevado, el perro
blanco de Bolívar que un campesino del pueblo de Mucuchíes le regaló. Murió
heroicamente junto al indio Tinjacá que lo cuidaba, en la Batalla de Carabobo.
Hoy día en su honor, tenemos Misión
Nevado que cuida de los animales abandonados.
Los Andes es una zona rica en artesanía, folkore, leyendas e historia
entremezclada toda con la belleza natural que rodea a los moradores.
El folklore andino está muy ligado a la religión siendo el
santo favorite San Benito, santo negro que se dice fué hijo de una reina blanca
y un esclavo negro. Sacan su imagen de la Iglesia y lo pasean por el pueblo
garantizando así su protección y bendiciones.
El 29 de diciembre se celebra la Paradura del Niño Jesus, la danza de
los negros de San Jerónimo el primero de enero; en Semana Santa se realizan la
Pasión de Cristo y se quema a Judas; en mayo se celebra la Cruz de Mayo y la
fiesta de San Isidro.
La comida andina es singularmente sabrosa - incluye quesos, arepa de trigo, mondongo, pizca andina, pan tovareño, truchas, dulces
abrillantados y la chicha andina, entre otros.
La artesanía es tradicionalmente la más apreciada del país,
incluye telares, labrados de piedra, y artefactos de barro. Con la modernidad
muchos de estos oficios se estan hacienda comercialmente con tecnologías
modernas, pero mientras haya montañas, habrán artesanos y pobladores que
conservarán sus tradiciones y costumbres.
Una de las leyendas andinas más conocidas es la de la loca Luz
Caraballo. Andrés Eloy Blanco, uno de los mas destacados poetas del país,
escribió un bello poema que capta la tristeza y lo duro que la vida fue para
muchas mujeres andinas – La Loca Luz Caraballo.
LA LOCA LUZ CARABALLO
De Chachopo a Apartaderos
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Camina Luz
Caraballo
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con
violetitas de Mayo
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con
carneritos de Enero
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Inviernos del
ventisquero
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farallón de
los veranos
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con fríos
cordilleranos
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con riscos y
ajetreos
|
se te van poniendo
feos
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los deditos
de tus manos
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La cumbre te
circunscribe
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al solo
aliento del nombre
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lo que te
queda del hombre
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que quién
sabe a dónde fue
|
Cinco años
que no te escribe
|
Diez años que
no lo ves
|
y entre
golpes y traspiés
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persiguiendo
tus ovejos
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se te van
poniendo viejos
|
los deditos
de tus pies
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|
El hambre
lleva en sus cachos
|
algodón de
sus corderos
|
tu ilusión
cuenta sombreros
|
mientras tu
cuentas muchachos
|
una hembra y
cuatro machos
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Subida,
bajada, brinco
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y cuando pide
tu ahínco
|
frailejón
para olvidarte
|
la angustia
se te reparte
|
uno, dos,
tres, cuatro, cinco
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Tu hija esta
en su serrallo
|
dos hijos se
te murieron
|
los otros dos
se te fueron
|
detrás de un
hombre a caballo
|
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La Loca Luz
Caraballo
|
dice el
decreto del juez
|
porque te
encontró una vez
|
sin hijos y
sin carnero
|
contandito
los luceros
|
seis, siete,
ocho, nueve, diez.
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BIBLIOGRAFIA:
Arturo Uslar Pietri, “Tierra Venezolana” Editorial EM,
Madrid, 1974
Fredy Aguaje, “Los estados andinos de Venezuela”, www.monografias.com
Andrés Eloy Blanco, “La Loca Luz Caraballo”
Betty Mendoza, San Benito, ritual del eterno retorno, A Plena Voz, #55-56