VENEZUELA VIVA
En este dia del Natalicio de Simón Bolívar estrenamos el nuevo programa radial VENEZUELA VIVA, el unico programa en los medios canadienses dedicado exclusivamente a la cultura venezolana. Entrevistamos al Dr. Francisco Javier Velasco, profesor universitario de antropologia y ecologia de Venezuela.
Programa #1: Natalicio de
Bolívar
Dra. Maria Páez Victor
Radio Voces Latinas, 1610 am
Toronto, Canadá
24 julio 2014
Hoy
celebramos el Natalicio de Simón Bolívar, El Libertador.
El 24 de julio del año 1783 nació en Caracas quien
libertó del imperio español a Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y
Panamá.
Bolívar
vive particularmente en el corazón de su tierra natal arraigado en la
identidad y cultura venezolana.
Hay algo de
magia, de nostalgia, de encanto en esa casa donde nació Bolívar, en la esquina
de Traposo a San Jacinto en el mero centro de la capital, a escasos pasos de la
Catedral y de la Plaza que lleva su
nombre. A pesar de la ciudad moderna que los rodea, allí están las mismas
calles empedradas, junto las mismas casas coloniales. Esa es la cuadra más
emblemática de Venezuela, escenario de tantos momentos históricos inolvidables.
A ese niño
nacido de las más mantuanas y adineradas familias de la Capitanía de Venezuela,
lo bautizaron Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios
Ponte y Blanco.
No tuvo una
niñez ideal. Tenía dos hermanos y una hermana, pero su padre murió de
tuberculosis cuando Bolívar tenía dos años, y su madre cuando tenía 9 años.
Quedaron los huérfanos en la custodia de dos tíos maternos, Esteban y Carlos Palacios. Como Esteban estaba en
España, quedó Carlos Palacios encargado, pero siendo éste un hombre de carácter
difícil, Bolívar no podía entenderse con él, y se escapó a la casa de su hermana
María Antonia. Luego, vivió un tiempo con su maestro Simón Rodríguez.
En enero de
1799, aun no cumplidos los 16 años enviaron a Bolívar a España a visitar su tío
Esteban. Viajó junto a su joven amigo,
Esteban Escobar en el buque “San Ildefonso”
haciendo escala en Veracruz y La Habana.
En España, Bolívar
ingresó al ambiente de la corte real pues su tío Esteban Palacios vivía en la
casa de un cortesano culto y elegante, Manuel Mallo, nacido en Nueva Granada, criado en Caracas y amigo de los Palacios
Blanco. A los pocos días llegó otro tío de Bolívar, Pedro Palacios, a estar con
ellos.
El rey
Carlos IV y la reina María Luisa tenían una corte sumida en irresponsabilidad y
corrupción, dominados por Francia. Y Mallo conducía amores escandalosos con la
reina.
Un día
Mallo invitó a Bolívar y su amigo Esteban Escobar a cenar, diciéndoles que
vendría un tercer invitado. Ya estaban sentados en la mesa cuando se abrió la
puerta que comunicaba con el palacio real y apareció un capuchino, quien se quitó
la capucha revelando el rostro de la reina quien se
quedó a cenar con ellos.
Así pues, Bolívar pudo contemplar bien de cerca la podredumbre
de la Corte Española, afrancesada y desprovista de virtudes. No es de extrañar
entonces que en cuanto pudieron, él y sus dos tíos se fueron de la casa de Mallo
a vivir en otro lugar.
Los
historiadores Arístides Rojas y Jorge Raygada Cauvi recuentan un incidente
durante su estadía en España que nos da
un vistazo a la persona humana, real, que fué Bolívar, no el héroe, impasible, estatua
distante que generalmente nos presentan, y que sin embargo, fue un augurio de
lo que sería su glorioso futuro.
A menudo a Bolívar
lo invitaban a jugar volante con el príncipe heredero, el futuro Fernando VII que
era un año menor que Bolívar. Volante era un juego con pelota y raqueta. Un día
sin querer, le dio con la raqueta a la
cabeza del príncipe desalojando su gorra. Los compañeros de juego atemorizados le
aconsejaron que se retirara cuanto antes, pero Bolívar, demostrando aun a
esa temprana edad su temple, se niega diciendo: “Si su Alteza nos hace el
honor de jugar con nosotros el volante, no tengo de qué arrepentirme.”
Enterada la
Reina, le da la razón a Bolívar y dijo:” Tiene
razón el rapaz y no hay motivo para
castigarlo, y pues el Príncipe se entrega a juegos infantiles con ellos,
decidle que en otra ocasión se ajuste mejor la gorra.”
Más adelante
en sus vidas, Fernando VII habría de
recibir un golpe mucho más duro a manos de Bolívar, quien le tumbó, no la
gorra, sino la corona en Nuestra América al liberar tantas de sus colonias en
el continente.
Bolívar
vive en la memoria de Nuestra América por su gesta libertadora claramente, pero
ahora muy especialmente también que su
sueño de una Latinoamérica unida se está plasmando. El Presidente Hugo Chávez Frías
fue quien impulsó la estructura de integración de la región con TELESUR, CELAC,
UNASUR, PETROSUR, PETROCARIBE, BANCO DEL SUR, Y EL ALBA. Cada día el sueño de
Bolívar de una Latinoamérica unida se hace más realidad.
Fernando
VII quedó en la historia como un fracaso, pero la luz de Bolívar no cesa de
alumbrar.
Bibliografía
Jorge Raygada Cauvi, Capítulo I, Su Formación, en “Bolívar 1783-1983”,
Editorial Bloque Armas
Arístides Rojas, “Leyendas de Venezuela”, Editorial CEC
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