Tuesday 25 March 2014

LA CUESTION DE QUEBEC


LA CUESTION DE QUEBEC

María Páez Victor

Comentario Político
Noticiero Panorma
Radio Voces Latinas
25 mayo 2014


Se avecina una elección en la provincia de Quebec, y de nuevo se ha alzado el espectro que espanta a Canadá: la separación de esa provincia.

Es difícil hablar en 7 minutos sobre los complejos asuntos de Quebec, asi que seré muy selective en estos comentarios.

Quebec es la provincia canadiense más grande y la segunda más poblada. Esto le asegura un lugar importante en la política canadiense. Los votos de Quebec han sido clave en  elecciones federales.

Es cierto que durante muchas décadas en el pasado los francoparlanates de Quebec no gozaban del respeto y de la inclusión debida. Las quejas de los quebecois se centraban en dos asuntos principals:
(1)Su idioma, siendo el idioma el eje central de cualquier cultura, la gente de Quebec, con mucha razón deseaban preservar su idioma y herencia cultural, y
(2) La exclusión de francoparlantes  en las esferas sociales, económicas y políticas.

La llamada “Callada Revolucieon “ de los años 60 y 70 cuyo líder intelectual fué Pierre Trudeau, trajo un resurgimiento de la identidad quebecois y el declive de la dominación anglosajona. En 1976, René Levesque llegó al poder con su Partido Quebecois y estableció el francés como única lengua oficial de la provincia y propuso primero, la separación, luego modificó su posición a una “ asociación soberana”.

La dificultad con la “asociación soberana “ es que Canadá es una federación, no es una confederación de estados soberanos. Y la verdad es que el pueblo mismo de Quebec dos veces ha rechazado la separación de Canadá, en los referendum de 1980 y de 1995. En este último perdieron los separatistas  por poco margen, pero hubo  mucho cuestionamiento del proceso de votación en sí, entre ellos, que la pregunta que se les presentó a los votantes no era clara.

Estos referendum se han llevado a cabo en un ambiente muy desgarrador para este país – de angustia, recriminación y miedo por el futuro. También fomentan una actitud negativa hacia los francoparlantes.

Hoy en día, el Partido Quebecois es el partido de gobierno, bajo Madam Pauline Marois. Iba bien en los sondeos pre-elecorales siendo el asunto primordial la “Carta de Valores de Quebec”. Esta legislación que proponen  va a prohibir a todo funcionario público o lugar público el uso de símbolos religiosos. Ello está dirigido realmente a las mujeres islámicas que se cubren la cara, y los Sihk que usan turbantes. Pero curiosamente, no a los cristianos, habiendo dicho que las cruces en el parlamento y otros lugares se quedarán porque son “artefactos históricos”.  Muchos consideran que estas medidas van en contra de la Carta de Derechos de Canadá porque atentan contra la libertad de religión – y de religiones particulares.

Pero ha surigido un gran problema para Madam Marois. Escogió un millonario, Pierre Karl Peladeau, como candidato estelar para su partido, y él ante, las cámaras, alzó su puño y dijo que entraba en la política porque quiere  crear una nación para sus hijos. Esto cayó como una bomba pues dió a entender que un voto para el PQ es un voto para otro referendum sobre la separación de Quebec.

 Madam Marois trató de suavizar la cosa, diciendo que bueno, Quebec podría ser soberana pero retener el dólar canadiense y tener un puesto en la Junta Directiva del Banco Central de Canadá, tal como en la Unión Europea.  Luego cambió por completo su mensaje y empezó a decir que entre sus planes no había un referendum por ahora– que no era tiempo, que no habría un referendum hasta que los quebecois no estuviese “listos”, pero no niega de manera tajante que no conducirá un referendum. Lo que pasa es que bien sabe que el pueblo de Quebec no quiere la separación. Pero el daño estaba hecho.

Esto ha hecho que el PQ se desplomara en las encuestas.

Ha sido un espectaculo triste ver como esta señora baila con el viento. Los que quieren que Quebec sea “soberana” no tienen idea de lo que es soberanía porque a la vez quieren seguir usando el dólar canadiense, tener un control sobre el Banco Central, mantener sus puestos de trabajo en entidades federales, mantenr sus pensiones canadienses, y no me extrañaría que quisiera retener el ejército de este país. Insisten que tendrían doble nacionalidad. Subestiman el impacto emocional que sentiría el resto de los canadienses que no estarían muy dispuestos a acomodar a quienes dividieran su país.

No tienen ni siquiera la firmeza de decir la palabra separación. Y porque? Porque la mayoría del pueblo de Quebec no quiere separarse de Canadá. Lo han dicho en dos referendum anteriores.

Y ahora, Madam Marois ha perdido su ventaja. Las últimas encuestas señalan que van a ganar los Liberales en Quebec, y con mayoría. Al menos los Liberales han sido consistentes: es un partido firmememente federalista en contra de la división del país.

Más triste aun es que haya una élite política en Quebec que parece  vivir a espaldas de la realidad geopolítica mundial. Quieren ser el pez grande en un pozo pequeño. Nunca les he oido discutir la situación internacional tan precaria con invasiones, quiebra de la ley internacional, las guerras en que Canadá ha participado como socio de los EEUU, no les he oido hablar de como van a combatir la creciente desigualdad, de como van a preserver el medio ambiente y sus recursos. Aunque las políticas domésticas en Quebec han sido muy progresistas en comparación con otras provincias, no han dicho como las van a mantener, porque Quebec recibe del gobierno federal una cantidad sustancial de los impuestos globales del país. Y para rematar, los líderes del PQ tienden a ir corriendo sombrero en mano, a Washington cuando piensan que están ganando.

Y lo más asombroso es que creen que Washington los van a tratar mejor que sus compatriotas en el resto de Canadá. Que le pregunten a Hawaii, que le pregunten a Puerto Rico, que le pregunten a la América Latina.







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