COLOMBIA Y LA OTAN
María Páez Victor
Comentario Político
Noticiero Panorama
Radio Voces Latinas
Toronto, 2 de Julio
2013
Vivimos en tiempos de cinismo. Los líderes de mayor poder en
el mundo son expertos en la hipocrecía. Justifican publicamente cualquier mentira, tal como hacen las agencias
de publicidad, dicen cualquier cosa, sin ninguna relación con la verdad, con
tal de que se venda el producto.
Como dijo el romano Agrícola , “Crean desolación y lo llaman la paz”, y es así como
“vendieron” las guerras en
Serbia, Yugoslavia, Bosnia, Afganistán, Iraq, Libia, y ahora Siria, con mentiras descaradas. Dijeron que eran intervenciones “humanitarias”, que eran –inverosimilmente-
“bombas por la paz”. Esas guerras desatadas por la OTAN en Europa y Medio
Oriente han matado a millones de
personas y han destruído países enteros,
y ahora con horror vemos que echan su temible sombra sobre Nuestra América.
El martes pasado el Presidente Juan Manuel Santos de Colombia
firmó un tratado con ese instrumento de guerra que es la OTAN y sin verguenza
alguna, proclamaron que Colombia es ahora
“Socio por la Paz” con la OTAN.
Es el primer tratado de la OTAN con un país Latinoamericano.
Desde su inicio en 1949, la OTAN ha tenido un fin bélico, es
una organización exclusiva de intervención militar, y la más poderosa que este mundo haya visto; sus 26 miembros son aliados militares de la única
super-potencia mundial: los EEUU.
El pacto entre Colombia y la OTAN fué severamente criticado por Venezuela, Ecuador,
Bolivia, Nicaragua y Brazil, pues atenta contra UNASUR. Está directamente en
conflicto con los fines de la integración Latinoamericana y la defensa del
continente. Es el resurgimiento, a escala nunca antes soñada, de la Doctrina
Monroe.
Si Colombia forma parte de UNASUR, cómo puede formar parte de
la OTAN? Todo lo que suceda en UNASUR lo sabrá la OTAN. Colombia será la
sirvienta de espionaje de los EEUU y Europa.
Diputados europeos de
izquierda han repudiado este siniestro acuerdo denunciándolo como el escándalo que
es, pues premia a un estado que se encuentra en guerra contra su propia
población, donde continúan las
ejecuciones extra-judiciales, torturas, desaparecidos, falsos positivos, donde la protesta se criminaliza y donde
hace escasos días pasados el ejército
colombiano asesinó campesinos en Catatumbo.
Es una carta blanca para que el gobierno colombiano siga pisoteando
los derecho humanos de su pueblo. Y es una amenaza mortal muy especial para
Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Tenemos que defender el gran projecto de la integración
Latinoamericana que Simón Bolívar propuso y a la que Hugo Chávez le dió infraestructura
con UNASUR, CELAC, ALBA, PETROCARIBE, PETROSUR, BANCO DEL SUR, TELESUR, BANCO
DEL ALBA.
Hay solamente dos armas esenciales ante el poderío militar del
imperio preponderante:
·
la
información libre – y ahí están los héroes Julian Assange , Bradley Manning
y Edward Snowdon arriesgando sus vidas por defender la verdad ante unos medios
internacionales bastardizados y vendidos; y
·
la integración, la solidaridad, trabajando juntos para
el bienestar y los derechos de nuestros pueblos.
Ojalá que Juan Manuel Santos no pase a la historia como
traidor de sus tiempos. Esperemos que se dé cuenta antes de que sea demasiado
tarde, que ha puesto en peligro al querido pueblo colombiano, y a los pueblos
de toda Nuestra America.
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