Ford y Harper: dos caras, misma moneda
María Páez Victor
Comentario Político
Noticiero Panorama
Radio Voces Latinas
Toronto
12 de noviembre 2013
Los recientes escándalos
políticos – de Rob Ford y del Senado - nunca vistos en este país, marcan un cruce de caminos en la vida política
canadiense que dejarán su huella. Y, si
no se implementan cambios en la estructura y el estilo de la democracia en
Canadá, no es demasiado arriesgado decir que seguirán los escándalos. Todo
depende de como reaccionará el pueblo y sus líderes.
El alcalde de Toronto, Rob Ford ha avergonzado a esta ciudad
por todo el mundo. Resulta por haber elegido el candidato de ese
grupo de muy estrechos intereses, que pretende que los gobiernos son un
problema (no una solucion), que hay que acabar con los impuestos, y hay que
quebrarle la espalda a los sindicatos. Ford es el producto del amalgamiento de la ciudad que Mike Harris hizo
SIN consultar a la ciudadanía, lo cual colocó al vibrante centro cívico de la
ciudad , a la merced de los los suburbios, símbolo y realidad de la vida individualista.
Para ese grupo Rob
Ford parecía el candidato ideal: no importaba que fuese el consejal menos eficiente, no
importaba que fuese de un individuo débil y de escaso intelecto, de poca integridad o su alcoholism o drogadicción.
Porque es eminentemente malleable por su siniestro hermano
mayor, quien se ocuparía de que Ford
sirviera esos estrechos interéses. Tanto es asi que, por primera vez
un Primer Ministro - Stephen
Harper- y miembros de su gabinete
participaron en la campaña electoral de
un alcalde, de Rob Ford, apoyado por un partido federal, el Partido Conservador. Hasta ese momento, la tradición ideal era de
que la política municipal no debería ser ligada a la política partidista
federal. Eso con Ford, ya se acabó.
Hablar del Partido Conservador es hablar del interés de las
corporaciones y de sus satélites, los pequeños burgueses que poco les interesa
la vida cívica. Los Conservadores insisten en llamar a los pobladores “TAXPAYERS”,
pagadores de impuestos, en vez de CIUDADANOS. Nos reducen a nosotros y a
nuestra vida colectiva, a un aspect mínimo del campo económico.
El caso de Rob Ford es la falla de liderazgo, y detestables fallas personales
de ese indiviuo. Pero también es falla
de un sistema que , primeramete permitió
esa elección, que no tiene modo de que los ciudadanos revoquen a un funcionario
elegido cuando ha fallado en sus deberes, y la falla de un sistema que permite
que el alcalde falte a su puesto de trabajo cuando le de la gana, que mienta al publico descaradamente, que ande
con elementos criminales y tome drogas
sin que haya como controlarlo. Rob Ford está en una posición casi de un
dictador: no hay como removerlo a no sea que sea convicto de un crimen.
El meollo de la cuestión política es que elegimos a un
indiviuo cuyo único objetivo es servir a un grupo especial de interés: que
inclusive le dió el nombre de Ford Nation. Como si él fuese el líder de toda
una nación cuyo máximo ideal es un país donde no hay impuestos, con escaso o
poco gobierno, donde el sector petit-burgués, anti intellectual, es el que
manda, y los trabajadores son reducidos a peones sin representación sindical. Y
los demás ciudadanos no le importa.
Asi despreciaron al antiguo alcalde David Miller, tachándolo
de izquierdista, derrochador, en manos de sindicatos y elitesco.
Lo ironico que que Miller renunció a su membresía del partido
de izquierda NDP para asi demostrar que quería ser el alcalde de todos los
ciudadnos, no de un solo grupo, que en vez de derrochar, dejó el presupuesto con $350 millones de
excedente , y lejos de ser elitesco , vive de su propio sueldo, no como Ford
que en su vida ha tenido trabajo sino que ha vivido a costas de ser hijo de un
hombre rico.
La raíz del problema structural es que las decisiones no se
toman según el interés público. En cada
cada decisión que tengan que hacer nuestros representantes políticos, debería
ser obligatorio que respondan con datos y análisis- la siguiente pregunta: ES
ESTO EN BENEFICIO DEL INTERES PUBLICO O DE UN GRUPO PARTICULAR DE INTERES?
Y el escánalo del Senado radica en realidad en lo mismo.
Stephen Harper, a pesar de sus promesas electorales de reformar el Senado y de haberse quejado amargamente de que los Liberales
colocaron a sus amigos en el Senado, hizo lo peor: puso en el Senado tres individuos de
dudoso carácter, poca capacidad intellectual, escasa honestidad, para que ayudaran a recobrar
fondos y ayudar las campañas de candidatos conservadores. El cigarro le explotó
en la cara cuando a los tres los atraparon defraudando al Senado. Harper tuvo
que saber que lo hacían; se hizo el
ofendido cuando se supo publicamente. Para que Duffy, Wallin y Brazeau no
hablaran de la participación de Harper en el fraude, los expulsaron del Senado
sin derecho a defenderse.
La falla está en que el Primer Ministro tiene enormes poderes
no-escritos en ley, que ni el Parlamento ni mucho menos directamente los
ciudadanos pueden controlar. Puede nombrar al Senado a quienes quiera sin
hacerse la pregunta elemental: ES ESTO
EN BENEFICIO DEL INTERES PUBLICO O DE UN GRUPO PARTICULAR DE INTERES?
Antes eramos una minoría los que decíamos que en Canadá hay
un gran déficit democrático, que necesitamos elecciones proporcionales, que cantidad
de funciones gubernamentales deberían ser TRANSPARENTES, o sea, escritas
formalmente y que los fiscales y contralores
deberían tener mayor peso. Ahora, abiertamente
analistas estan diciendo lo mismo en los medios regulares.
Las instituciones democráticas candienses atraviesan por una
situación grave. Veremos si las élites y la ciudadanía aprenden algo de estos escándalos
y toman medidas para hacer de este país una democracia más real, donde los
ciudadanos gozen de mejor representación y una verdadera participación en las
decisiones políticas que mas les impactan.
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