Elecciones parciales
en Ontario
María Páez Victor
Comentario Político
Radio Voces Latinas
Toronto
6 de agosto 2013
Este junio pasado, Dalton McGuinty,
quien fue Primer Ministro de Ontario durante diez años, renunció a su puesto en
la Legislatura. Como bien saben, en el sistema parlamentario, los miembros de
los gabinetes provinciales y federales, tienen que ser miembros de las legislaturas.
La renuncia de McGuinty dió lugar a que 4 miembros de su gabinete renunciaran también
por diversas razones. Así que en Ontario hubo 5 puestos parlamentarios provinciales
vacantes, y dió lugar a elecciones parciales, que llaman en inglés,
By-elections.
Estas elecciones parciales sirven
de una especie de barómetro para juzgar el estado de la popularidad de los partidos en ese momento.
Sirven en especial, para castigar a los partidos gobernantes, pues lo más comun
es que los votantes usen estas elecciones para expresar su descontento con el
gobierno actual sin tumbarlo, y tienden a votar por la oposición. O sea, son propicias para los votos de
protesta. Estas 5 posiciones
vacantes no eran suficientes para que el gobierno se viniera abajo, aun si las perdiera todas.
En el caso actual, los Liberales bajo
la Primer Ministro Katheleen Wynn, tienen un gobierno minoritario, es decir,
tienen que tomar en cuenta los deseos de la oposición para obtener los votos
necesarios para pasar leyes.
Los resultado fueron muy interesantes.
Los Liberales mantuvieron dos y perdieron tres, el NDP, el partido oficial de
oposición liderado por Andrea Horwath, gano dos, pero los Conservadores ganaron
uno solo. Los grandes perdedores fueron los Conservadores quienes perdieron 4 .
Tienen un líder, Tim Hudak, de poco lustre que ha demostrado muchas veces que
no entiende la disposición actual del electorado de Ontario. En medio de la
sosobra económica, en medio de las noticias de como andan los EEUU y Europa con
las políticas neo-liberales de austeridad, Hudak insiste en esas mismas
desastrosas políticas aqui.
Es notable que, apesar de que los
Liberales perdieron 3 puestos, lo mas común es que si hay gran malestar contra el gobierno, los
hubieran perdido todos. Wynn fue sagaz en ordenar que las 5 elecciones se
hicieran en un solo día, pues temiendo lo peor, prefirió que si habían malas
noticias de que los perdiera todos, esa noticia saliera toda de una vez, y no
poco a poco, con publicidad más alargada.
El mensaje es claro: el electorado
le dice al gobierno liberal, sigue adelante pero con cautela; al NDP le dice
que va bien, y a los Conservadores les dice que no quieren sus políticas de
austeridad, sus postulaciones para recortar los servicios públicos ni su
hostilidad contra los sindicatos. El futuro político de la Provincia sigue en
manos de dos mujeres: Katheleen Wynn y Andrea Howarth, ambas de posiciones
mesuradas que han demostrado más sagacidad política de lo esperado.
Pero hay en el caso del puesto que
ganaron los Conservadores en el distrito de posiciones mesuradas.
Etobicoke-Lakeshore, algo muy desconcertante.
Ese puesto lo ganó Doug Holiday, ex-consejal y fiel compañero político de
nuestro bochornoso alcalde, Rob Ford.
Este distrito es contiguo al de Ford, Etobicoke, donde debido a sus actividades
locales, tiene bastantes seguidores. Pues bien, rompiendo con la tradición y
normas del buen gobierno donde los diferentes niveles de gobierno se deben mantener
separados, Ford abiertamente hizo
campaña para Doug Holiday. La tradición, y la estructura administrativa
municipal indica que el gobierno municipal no debería ser partidista.
Pero eso no es todo, en medio de
esa campaña, Ford, el jefe de esta ciudad, osó abiertamente insultar al
gobierno provincial. Dijo que votar por los Liberales “era como darle a un ladrón de bancos otra pistola para que vaya a robar otro banco”. (National Post, 13//07/30) Una cosa es que un
político se oponga a una ideología particular o a un gobierno, otra es que lo
haga con palabras bajas como éstas. Parece que el alcalde no se da cuenta que la
ciudad DEPENDE del gobierno provincial, no es una entidad independiente; todo alcalde tiene forzosamente que negociar y
llevarse con diplomacia con la provincia. Pueden estar seguros que los
Liberales no van a olvidar pronto estos insultos.
Hay que contrarestar esta actitud totalmente
partidista de Ford, a la del antiguo alcalde David Miller. Miller había sido
siempre miembro del NDP, pero al ganar la alcaldía de Toronto, renunció a su
membresía porque, siguiendo las pautas del la tradición de que el gobierno
municipal no debería ser partidista, quizo que lo tomaran como el alcalde de
todos los ciudadanos de Toronto, no solamente del NDP.
Por este gesto noble fue vilipendiado por la izquierda, y nada le
valió porque la derecha continuó insultándolo por izquierdista. Ford sigue
diciendo que Miller estaba en manos de los sindicatos, cuando la realidad es
que los sindicatos le hicieron una huelga de servicios de basura, que al final,
fué lo que más daño le hizo a su gestión de alcalde. Miller fué uno de los
mejores alcaldes de esta ciudad, y el escándalo es que fué seguido por un bufón
adinerado como Ford que tiene nexos con
traficantes y drogadictos. Estando yo recientemente en Inglaterra, me
dio pena que allá, donde poco se ven noticias de Canadá, las vulgaridades de
Ford son repetidas en los periódicos.
Amigos, cuando vengan las
elecciones municipales, tómenlas en serio, y voten por personas decentes y meritorias, porque el gobierno municipal es
el que maneja los servicios más cercanos a nuestra vida diaria en la ciudad.
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