Rol de la Corte Suprema de Justica de Canadá
María Páez Victor
Noticiero Panorama
Radio Voces Latinas
Toronto
29 abril 2014
La Corte Suprema de Justicia de
Canadá ha estado en las noticias ultimamente. Es la corte maxima de la nación ante
la cual se apelan decisiones de las cortes menores, sean provinciales,
territoriales o federales. Cada año hay
entre 40 y 75 casos que se le presentan. Sus decisiones son obligatorias, sin
más apelación, para todas las demás
cortes.
La Corte Suprema tiene el poder decisivo
para determiner qué es o no es en acuerdo con la Constitución del país.
Hay nueve jueces en la Corte
Suprema, y quien la precide es el Chief Justice, o sea el/la Juez Principal,
que actualmente es la Juez Beverly McLachen.
En inglés a los jueces se les da el título “Justice” – o sea, Justicia-
ante su nombre, así ella se le denomina “Justice Beverly McLachen”.
Para poder ser juez de esta corte,
se necesita haber sido juez en una corte superior o haber sido juez durante 10
ó más años. A Quebec y Ontario le tocan
3 jueces, 2 a las provincias de oeste (British
Columbia y Alberta), 1 a las provincias de las praderas (Manitoba y
Saskatchewan) y 1 a las provincias del Atlántico (Nova Scotia, New Brunswick).
Los jueces tiene el puesto de por
vida, hasta la edad de 75 años cuando tienen que retirarse. La Corte Suprema de Justicia de Canadá es la
corte suprema más balanceada en cuanto a género en el mundo, pues 4 de sus 9
miembros son mujeres.
En 1982, con la institución de la Carta de Derechos y Libertades de Canadá que
consagró los derechos humanos de los canadienses – que antes no estaban explícitos
en la Constitución-, la Corte Suprema adquirió un rol mucho más viguroso para
proteger los derechos de los ciudadanos.
Y como se nombran? El sistema legal
anglo-sajón –basado en el Parlamento inglés, como en Canadá, Australia, Nueva
Zelandia y las islas caribeñas de habla inglesa- le da una gran importancia a pautas
establecidas por tradición, no en códigos legales. Antes de 1949, los jueces se
nombraban según el padronazgo partidista, que en Canadá serían los partidos
Conservador y Liberal. Pero en 1973, el primer ministro Pierre Eliot Trudeau,
nombró como Juez Principal al eminente professor de leyes Bora Laskin, y eso consituyó
un cambio fundamental en el nombramiento de jueces a la Corte Suprema. Desde
entonces se han nombrado abogados académicos o aquellos que han ejercido con
mucha experiencia en las cortes de apelación.
Formalmente, es el Gobernador
General, representando a la Reina Isabel, quien nombra a los jueces, pero en la
práctica es el Primer Ministro quien le presenta el candidato. Por tradición,
solamente el Gabinete dirigido por el Primer Ministro, tiene el derecho de “sugerirle”
al Gobernador General, pues ni las provincias ni el Parlamento tienen esa
capacidad ni tienen un rol en cuanto al nombramiento de los jueces.
En estos días, la Corte Suprema
falló que el gobierno de Stephen Harper no tiene el derecho de cambiar unilateralmente
el Senado. Harper propuso que los senadores se eligieran por voto (no nombrado
como lo son actualmente), que hubiese un límite de sus puestos (no vitalicios
como lo son), también propuso la opción
de eliminar el Senado.
Recordarán que el escándalo que ha
plagado el Senado se debe a que Harper nombró tres individuos que mintieron y
robaron al Senado de dinero que no les correspondía. La reacción de Harper ha
sido típica de su carrera política – nunca admitir que se equivocó, nunca
admitir que hizo algo malo. En este caso le echó la culpa a los tres senadores,
sin admitir que fue él mismo quien los reclutó. Con respect a Mike Duffy, está
bien claro que su oficina sabía de su inelegibilidad y de su desfalco. Asi que
decidió proponer cambios al Senado, que estoy segura él sabía que no iban a ser
aceptados.
La Corte dictaminó que el gobierno
no tiene el derecho de unilateralmente cambiar al Senado sin la participación
de las provincias. Para cambiar la elección y la duración de los puestos
senatoriales se necesita la aprobación de al menos 7 provincias y para eliminar
el senado, se necesita la unanimidad provincial.
La jugada de Harper, ultizando a la
Corte Suprema ha sido maquiavelicamente
genial. La culpa ahora de tener corruptos en el Senado no es de él quien los
nombró, sino de la Corte Suprema, y si queremos cambios, entonces el problema
es de las provincias. Todos los periódicos
dicen más o menos: qué lástima, la Corte Suprema no permite que el gobierno
reforme el Senado. Harper le dice al país, ahora el problema no es suyo.
Amigos y amigas, el verdadero
problema de este gobierno y de este país y de esta democracia, es la Oficina
del Primer Ministro. En los EEUU, la Casa Blanca tiene funciones específicas en
la ley. La Oficina del Primer Ministro no tiene ninguna. Esta entidad se ha
tomado para sí una serie de privilegios que no están escritas en ninguna ley ni
siguen ninguna tradición anterior. La Oficina del Primer Ministro consiste en
un grupo de “ayudantes”, no elegidos quienes son los que están determinando
políticas y decisiones gubernamentales, esquivando al Parlamento cuando les
conviene, y actuando como si este fuese un sistema presidencial y no
parlamentario.
Como dijo la brillante Elizabeth
May, la única parlamentaria del Partido Verde en el Parlamento: “Unos $10 millones de dólares desaparencen
en la oficina del Primer Ministro sin ninguna responsabilidad contable.
Muchachos en pantalones cortos andan allí dando órdenes a los parlamentarios,
amordazando a científicos y amenazando a funcionarios públicos para que
obedezcan a un solo patrón. No creen que es tiempo que la oficina del Primer
Ministro rinda cuentas?”
No ha habido otro gobierno en
memoria de personas vivientes que más daño le ha hecho a la democracia
canadiense que el régimen presente.
Menos mal que tenemos una Corte
Suprema eficaz y compuesta de honorables miembros de la profesión legal. Son
nuestra única defense en estos momentos.
Bibliografía
Supreme Court rejects Harper government’s
proposal for Senate Reforem Toronto Star, 25 April, 2014
Wikipedia
Elizabeth May, http://www.huffingtonpost.ca/2014/04/23/elizabeth-may-pmo-harper-office-psychopaths_n_5198701.html