La nueva ley de imigración
María Páez de Victor
( Comentario político en el
Noticiero de Voces Latinas, radio comunitario CHHA 1610) 10 de abril, 2012
El
16 de febrero de este año, el Ministro de Ciudadanía, Imigración y
Multiculturalismo, Sr. Jason Kenny, introdujo una ley en el Parlamento de
Canadá, Ley C-31, supuestamente para protejer la integridad del sistema de
imigración canadiense. Se dice que
la intención de esta ley es la de lograr mejor eficiencia, acabar con el
contrabando humano y proteger contra los que abusan del generoso sistema de
imigración de este país. También es muy positivo que el ministro mantendrá el actual balance de las categories
o tipos imigracion: por motivo
económico, por motivos familiares y por motives humanitarios.
Sin embargo,
hay tanta oposición a las particularidades de esta ley en cuanto se refiere a
los refugiados, que se ha formado una alianza de organizaciones en todo el país
en oposición a esta ley, llamada la Coalición de Justicia para Imigrantes y
Refugiados. Esta coalición afirma que
los cambios del Ministro Kenny van a socavar la tradición humanitaria de Canadá
e incluso que van en contra de la Constitución misma y las obligaciones
internacionales del país.
El
director del Foro De Refugiados en la Universided de Ottawa dice que esta ley
C-31 cambiará fundamentalmente el sistema de imigración y refugiados. La
abogada especialista Nathalie Des Roscier, de la Asociación de Derechos Civiles
dice que esta ley le dará poderes al ministro para encarcerar a un grupo de
personas durante 12 meses sin recurso a la corte. Esto va en contra de la Carta
de Derechos y Libertades de Canadá. El derecho de defenderse ante la corte es
un derecho fundamental en el estado de ley, es básico para el sistema judicial.
Es lo que se llama el derecho humano a Habeas Corpus. No es admisible que en
una democracia se encarcele a una persona durante 12 meses sin antes tener un
juicio.
Actualmente,
los refugiados pueden solicitar ser residents permanentes y también para sus
dependientes inmediatos que estén fuera del país. Otro problema que presenta la
ley C-31 es que dictamina que los refugiados tendrán que esperar 5 años antes
de solicitar residencia. Esto prolonga la separación de las familias, puede
destruir matrimonios o incluso los hijos pueden después de 5 años ya no tener
la edad para ser admitidos como
dependientes. Forzar a un refugiado a esperar 5 años antes de reunirse
con su familia es realmente cruel, asi lo afirma Heather Neufeld, ejecutiva del
Consejo Candiense para Refugiados.
La organizacion Amnistía
Internacional ademas ha señalado que la ley C-31 le otorga poder al Ministro para dictaminar
cuáles países son “seguros”, o sea, países donde no suceden violaciones a los
derechos humanos. Y uno se pregunta, en base a qué puede juzgar el ministro a
otros países cuando estas violaciones ocurren en todos los países, incluso
Canadá? No solamente eso, sino que
el ministro tendrá el poder retroactivo de quitarle la posición de
refugiado a una persona cuando él juzgue que las supuestas condiciones hayan
cambiado en su país de orígen.
Son
miles y miles de personas en Canadá que han venido como refugiados genuinos,
huyendo de persecución, y no han hecho ningun mal aquí, pero ahora están en
peligro de ser deportados debido a esta ley del gobierno conservador.
Esto
va en contra de uno de los más fundamentales principios para la protección de
refugiados, a decir, que cada caso debe ser juzgado individualmente, en base a
lo que esa persona ha vivido y sufrido , y no basado en generalizaciones
grandes acerca del país de donde proviene.
No hay duda que el sistema de imigración
de este país es uno de los más generosos entre los paises desarrollados, sobre
todo al comparar con los EEUU y Europa. Canadá admite cada año 250,000
imigrantes y entre 10 y 12,000 refugiados anuales. Tampoco hay duda de que hay
quienes han abusado del mismo. Todos conocemos personas de Latinoamérica que llegan aquí de refugiados bajo
falsos pretextos tan solo para poder pasarse dos años viviendo, estudiando, y devengando fondos provenientes de nuestrso impuestos. Asi
que, si hay necesidad de lograr una mejoría para evitar abusos, y tambien
evitar el contrabando de personas que es tan peligroso para los que lo
intentan.
Pero
la gran mayoría de las personas que piden asilo, lo hacen bajo condiciones
sumamente pensosas, y cada año hay más y más guerras y opresiones que obligan a
familias a huir para preservar sus vidas. Esa es una realidad muy terrible en
el mundo de hoy, y no podemos ser indiferentes a ese sufrimiento, y menos aún,
incrementarles el sufrimiento a aquellos que llegan aqui buscando refugio.
Nuestra
comunidad no suele ser muy emprendedora cuando se trata de hablarle al
gobierno. Pero éste es un asunto que atañe a los Latinoamericanos, pues quién
de nosotros no conoce a alguien que vino aqui años antes por los terribles
abusos, guerras, dictaduras y
golpes en Centro America, en Chile, en Argentina? Ellos no hubieran estado aqui si Canadá hubiera tenido esta
ley C-31 en ese entonces.
Vale
pues la pena, que le envíen un mensaje, vía correo electrónico, correo postal o
en persona misma, al Miembro de
Parlamento en su vecindad, sobre estas inquietudes. El gobierno es mayoritario
asi que esta ley la van a pasar, pero aun hay tiempo para que hagan modificaciones,
especialmente estarán dispuestos a modificar la ley si oyen las muchas voces de
los votantes con tiempo.
Si
no alzamos la voz, no podremos quejarnos de las consecuencias de nuestra
indiferencia.